La suciedad es uno de los grandes enemigos de las pistolas de pintura. Tanto es así, que muchos problemas en el acabado final o durante el proceso de repintado, como la correcta pulverización de la pintura (el llamado abanico), tienen origen en este factor, como ya explicamos en una anterior entrada en el blog de Reynasa. Pues bien, para evitar estos problemas derivados de la suciedad, hoy hablaremos de cómo realizar la limpieza manual de la pistola de pintura, una operación fundamental, no solo para acabar consiguiendo un buen resultado final, sino también para alargar la vida útil de esta herramienta imprescindible en todo taller de chapa y pintura.
A continuación, se debe realizar la limpieza y secado:
Eso sí, durante la limpieza manual de la pistola, el profesional debe tener en cuenta que los cepillos o pinceles usados estén por completo libres de hilos metálicos que puedan eventualmente dañar la pistola de pintura. Además, en ningún caso el líquido de limpieza puede llegar a los conductos de aire del cuerpo de la pistola, siendo recomendable dejar la pistola de pintura conectada a la red de aire y ajustar el caudal de aire a un mínimo.
El siguiente paso del proceso es la limpieza de todos los elementos del juego de boquillas, durante el cual se debe prestar especial atención a que la parte de metal de los cepillos no pueda dañar el juego de boquillas. Se aconseja para este procedimiento emplear pinceles, cepillos de limpieza específicos de la marca de la pistola y agujas de limpieza de boquilla del fabricante, ya que así será más fácil garantizar el correcto mantenimiento y limpieza óptima del juego de boquillas.
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