Con el aumento de la preocupación por las emisiones contaminantes que lanzan los vehículos a la atmósfera, un elemento del coche que hasta ahora permanecía bastante en el anonimato para todos aquellos que no fueran expertos en mecánica ha comenzado a estar presente en las órdenes de trabajo de los talleres. Hablamos de la sonda lambda, también conocida como bomba de oxígeno, un elemento que va colocado en el tramo del escape previo al catalizador y que sirve para dar la información al motor sobre cuánta cantidad de combustible hay que inyectar a los cilindros para obtener una relación correcta de aire-combustible.
Aunque tiene una vida útil ciertamente amplia, por encima de los 150.000 kilómetros, hay determinados síntomas que evidencian que la sonda lambda puede estar defectuosa o en mal estado, teniendo en cuenta además que solo llevando a cabo mantenimientos exhaustivos de otros elementos del motor como los filtros del aire o las bujías, se puede cumplir su vida útil estimada por los fabricantes.
El encendido del testigo de fallo de gestión del motor durante la conducción es un primer indicio de que la bomba de oxígeno puede estar averiada, pero también si el vehículo falla en la aceleración o directamente da tirones. En esos casos, desde Reynasa Recambios se recomienda acudir al taller de confianza para solucionar el problema que, entre otros elementos, puede afectar a la sonda lambda. Además, hay que tener en cuenta que los restos incombustibles que se producen tras fallos de encendido, los restos de aceite o las fugas de escape también pueden implicar que este componente deje de funcionar correctamente.
Los conductores rara vez, por no decir nunca, pueden darse cuenta de que las emisiones contaminantes de su coche están por encima de lo legalmente establecido hasta que acuden a la ITV y se declara el automóvil no apto por esta circunstancia. Y es precisamente entonces cuando se descubre en muchos casos que la sonda lambda está averiada, algo que solo pueden hacer profesionales con las herramientas de diagnóstico correspondientes.
La operación de sustitución de la bomba de oxígeno no es complicada, aunque hay dos circunstancias que dificultan la reparación. La primera es la ubicación y es que no siempre se encuentra en la misma ubicación en la línea de escape, pudiendo ser accesible desde el compartimento del motor o por debajo del vehículo. Y, en segundo lugar, que se recomienda su desmontaje mientras está caliente, lo que obliga a utilizar guantes de protección al profesional que la manipula.
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