Peligro de salitre y arena de playa. Quienes viven en zonas de playa son conscientes de que elementos como la arena de la playa y el salitre pueden afectar al rendimiento de la mecánica y provocar averías. Pero no es tan conocido por aquellos que viajan a estas zonas a lo largo del año, y que deben conocer cómo prevenir sus consecuencias después de haber visitado la playa.
La arena y el salitre no están solo en la superficie de la playa y en el mar, sino que también se encuentran en suspensión en el aire. Por eso, el primer componente del coche a tener en cuenta es el filtro del aire del motor.
Los pequeños granos de arena y las partículas en suspensión pueden obstruir este filtro y, en los casos más graves y extremos, incluso llegar a afectar a la durabilidad del motor. Hay que tener en cuenta que sustituirlo implica una avería que en algunos casos puede llegar hasta los 8.000 euros.
El segundo de los componentes a los que conviene prestar atención es otro filtro, en este caso, el del habitáculo. Su función principal es proteger a los ocupantes del vehículo de ciertas impurezas insalubres como el polvo, bacterias, polen, contaminación, etc.
En el caso de que se tenga que cambiar, dicha sustitución oscila entre los 15 y los 40 euros. Asimismo, si este filtro está muy obstruido, el sistema del aire acondicionado o de climatización tiene que hacer un “sobreesfuerzo” para seguir funcionando, lo que acortaría su vida útil.
En tercer lugar, conviene controlar las escobillas de los limpiaparabrisas cuando se circula habitualmente por carreteras cercanas al mar.
La arena y el salitre pueden llegar a acumularse en las gomas de las escobillas, lo que implicaría su degradación, además de impedir que se limpien bien los cristales y, por tanto, restar visibilidad en la conducción. Su sustitución conlleva un desembolso económico de entre 10 y 60 euros.
Los granos de arena y el salitre en suspensión propios de las zonas costeras también pueden tener otros efectos dañinos en un vehículo. Ambos están formados parcial o íntegramente por sal, un elemento de la naturaleza con un efecto corrosivo en piezas metálicas, ya sean de acero, hierro o aluminio.
Para evitar esa corrosión, se recomienda lavar el coche más a menudo (al menos, un par de veces al mes si se circula habitualmente cerca del mar).
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