La llegada del invierno es uno de los peores enemigos del vehículo, sobre todo si este duerme de noche en la calle. Las bajas temperaturas nocturnas afectan decisivamente en muchos componentes del automóvil, no solo en los más visibles, como los cristales helados, sino en muchos otros. Y no tanto a corto plazo, sino a medio plazo, sin que en muchas ocasiones podamos reparar siquiera en que el frío haya sido el causante de dicho deterioro o desgaste de la pieza. De todo ello vamos a hablar en la siguiente entrada del blog de Reynasa, ahora que las bajas temperaturas ya forman parte de nuestro día a día, pese a que al invierno todavía le falta un mes para llegar de forma oficial.
Cualquier pieza de goma del vehículo se verá afectada por las bajas temperaturas. Desde los más evidentes como son los neumáticos a otros no tan conocidos como sellos, burletes o molduras. Al igual que componentes mecánicos como la correa de distribución, los manguitos del motor o incluso las gomas de los limpiaparabrisas, todos ellos se pueden cuartear o perder elasticidad con temperaturas por debajo de los 10º C.
Respecto a las cubiertas, si bien están diseñadas para soportar este tipo de temperaturas tan gélidas sin dañarse, sí que se ven afectadas en sus condiciones de uso. En este sentido, son las presiones de los neumáticos las que se ven reducidas con la llegada del invierno. En concreto, se estima que cada 5º C de bajada implica un descenso de 0,07 bares (1 psi) en la presión de los neumáticos, por lo que es un factor a tener en cuenta a la hora de coger el coche en esta época.
Por supuesto, la batería es quizá el elemento más comprometido con el frío. Y, al contrario que otros componentes, se ve afectada de forma inmediata con las bajas temperaturas. Estudios indican que la batería pierde la mitad de su potencia a -10ºC, motivo por el cual se dificulta el arranque del vehículo en esas condiciones. Y otros componentes también afectados son bombines y cerraduras, con ciertas posibilidades de congelarse, al igual que el líquido limpiaparabrisas, sobre todo si se ha rellenado en su mayoría con agua. Como es evidente, se congelará a 0ºC e incluso si es líquido específico, mezclado o no con agua, puede congelarse a 5º C. También hay que tener precaución con el aceite de motor tipo 20W-xx, que se suele volver más viscoso a partir de -10ºC o -15ºC, perdiendo propiedades lubricantes. Es cierto que en España, salvo zonas muy específicas, no suelen darse ese tipo de temperaturas tan gélidas, pero eso no significa que haya que tener en consideración cómo afecta al frío a determinados componentes del automóvil.
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