Tanto el buen estado del líquido refrigerante, como la calidad del mismo, influyen decisivamente en el correcto funcionamiento de la bomba de agua, que al fin y al cabo es el componente más importante del sistema de refrigeración. Pero no solo para un buen funcionamiento, sino también para alargar la vida útil de la bomba de agua. Hay que tener en cuenta que en los motores de los vehículos modernos, el líquido refrigerante debe soportar temperaturas superiores a 100ºC, punto en el que se consigue el máximo rendimiento del motor, por lo que cualquier problema en el líquido refrigerante repercutirá en una pérdida de eficacia y eficiencia. De la importancia de disponer de un líquido refrigerante de calidad hablaremos en la siguiente entrada del blog de Reynasa.
La calidad del refrigerante también puede influir en el fenómeno de la cavitación, similar al que se produce en las turbinas y que afecta a determinadas zonas del líquido en las que la velocidad es alta y las variaciones de presión son fuertes. En el caso de que la calidad del líquido no sea la óptima o esté en malas condiciones, se pueden producir depósitos o residuos de corrosión sólidos que acaben por taponar el sistema o incluso ser arrastrados como sólidos en suspensión, por el efecto de la agitación provocada por el flujo de la bomba de agua.
Precisamente para evitar este fenómeno está la junta dinámica de estanqueidad, con el objetivo de impedir que haya fugas de líquido hacia el exterior. Y es que esos residuos sólidos suspendidos actúan como una especia de abrasivos entre las diferentes caras de contacto, provocando pérdida de estanqueidad y fugas.
A la hora de cambiar la bomba de agua, hay dos factores fundamentales a tener en cuenta. El primero es que es requisito imprescindible limpiar completamente el circuito, incluido el radiador, con el objetivo de eliminar cualquier tipo de residuo o depósito de los mencionados y que acabaría por contaminar el líquido nuevo, haciendo inútil por completo la operación. Y en segundo lugar, realizar un drenado completo del aire del circuito con máquinas de purgado específicas para esta operación, porque la presencia de bolsas de aire no solo acaba por reducir la capacidad de enfriamiento, sino que también genera sobrepresiones que pueden llegar a superar la presión del muelle que regula el contacto de las caras de la junta dinámica.
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