Los barnices o lacas de pinturas de acabado han ido ganando protagonismo en los talleres de carrocería en los últimos años, ya que ofrecen numerosas ventajas frente a las aplicaciones del barniz con pistola. La aparición de estas lacas en monocomponente o bicomponente han mejorado los procesos de aplicación. Uno de los beneficios más destacables de usar estos productos, además de ser más asequibles por su menor precio y su aplicación resultar más sencilla, es que no requiere de herramientas específicas. Asimismo, aportan brillo y resistencia en un nivel superior, están disponibles en satinado, brillo o mate, y pueden elegirse entre los formatos de uno (1K) o dos componentes (2K).
El empleo de los productos en spray tiene muchas ventajas a su favor, pero los profesionales de un taller de chapa y pintura deben conocer también las limitaciones de las lacas en aerosol y evitar utilizarlas para ciertas reparaciones, pues perderán calidad en el resultado final. Es importante tener en cuenta que los formatos 1K ofrecen acabados de peor calidad y que resultan productos no válidos para aplicarse en grandes superficies, pues en ese caso ofrecen un nivel de protección y resistencia menor.
Sin embargo, al tratarse de una pintura de acabado, cumple con las funciones de embellecer la superficie ofreciendo distintos acabados, sellar superficies y proteger las capas de pintura que quedan por debajo, potenciar la viscosidad de los colores aplicados, aportar resistencia química ante ciertas condiciones atmosféricas y ofrecer resistencia mecánica ante incidentes como roces o pequeños golpes.
La gama de estas lacas en aerosol no disponen de una amplia variedad, a diferencia de los barnices de 2K aplicados con pistola. Diferenciando entre las calidades en spray se pueden agrupar en los de uso general de 1K, que se emplean para pequeños retoques de carrocería; los de 1K con cualidades avanzadas, que mejoran las especificaciones en cuanto a luminosidad reflejada, calidad final y niveles de opacidad; y finalmente, los de 2K, destinados a ofrecer una mayor calidad y resistencia en la reparación. En cuanto al proceso de aplicación, en primer lugar es importante respetar el tiempo de evaporación de la base mate de color que establece el fabricante antes de emplear el aerosol. Para aplicar el barniz, hay que mover el bote de forma enérgica hasta escuchar un sonido en el interior, y seguir agitando durante un par de minutos más. Es necesario que se den dos o tres capas, con sus correspondientes tiempos de evaporación entre cada aplicación. Una vez completado el proceso, es importante verificar el acabado para detectar errores para continuar con la corrección y pulido de las superficies.
C/ Ávila, 24 E 28804
Alcalá de Henares, Madrid
T+ 918 300 300
F+ 918 823 485
info@reynasa.com
www.reynasa.es