No todos los aceites lubricantes para el motor tienen el mismo grado de viscosidad. Y, de la misma forma que la lubricación del motor es fundamental para evitar averías, hay que saber escoger cuál debe ser la viscosidad del aceite. ¿Y qué es la viscosidad? Pues básicamente se define como la resistencia de un líquido a fluir, lo que implica que cuando más viscoso sea un líquido (en este caso el aceite lubricante), más le va a costar fluir por una superficie o canalización, que en el apartado de la mecánica del automóvil es el motor.
En realidad, la elección por parte del usuario o del mecánico solo dependerá de la recomendación de los fabricantes. Pero es fundamental no saltarse este consejo, ya que cualquier variación en el parámetro de la viscosidad conllevará un mayor desgaste del motor y, por ende, mayores posibilidades de sufrir averías. Hay que tener en cuenta que la viscosidad está estrechamente ligada a la resistencia a deformaciones graduales, por lo que el índice de viscosidad mide la facilidad con la que el lubricante se desliza por las diferentes partes del motor, para prevenir su desgaste prematuro.
Tan contraproducente es una viscosidad baja como muy alta. Esta tiene que ser la justa y necesaria que requiera el motor y que aconseje el fabricante. No en vano, una viscosidad excesivamente baja provocará un desgaste en el motor por falta de lo que se llama colchón hidrodinámico o, lo que es lo mismo, desgaste debido a que el aceite se escurre por las piezas sin crear la capa o película de protección que debería. Pero, casi tan peligroso o más es un exceso de viscosidad, pues de esta forma el consumo de energía será superior y provocará también desgaste al no fluir el aceite con la soltura prevista por los fabricantes, que diseñan las mecánicas para que funcionen con un aceite concreto.
La viscosidad del aceite en el mundo de la automoción depende de la temperatura. A más calor, menos viscoso será el aceite, pues se endurece y vuelve a adquirir sus características cuando sube la temperatura. En cualquier caso, el índice de viscosidad se mide por la norma internacional SAE (Sociedad Americana de Ingenieros del Automóvil), que establece once tipos de aceite de motor, que oscilan entre 0W y 60W, significando esta W que es un aceite adaptado para emplearse a bajas temperaturas (viene del inglés Winter). Además, esos once tipos se clasifican en dos familias: seis aceites de invierno: 0W, 5W, 10W, 15W, 20W y 25W, en función de la fluidez del lubricante a temperaturas bajo cero; y cinco tipos de aceite de verano: 20, 30, 40, 50, 60.
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