El proceso de recirculación de los gases de escape (EGR) es sumamente habitual en los motores de combustión, tanto gasolina como diésel, fabricados en los últimos años. Y van en consonancia con las políticas de reducción de emisiones, promovidas por las diferentes administraciones y aceptadas por los fabricantes. Porque su objetivo no es otro que reducir las sustancias nocivas que expulsan los motores de gasolina y diésel.
El funcionamiento de la EGR, en el que profundizamos en la entrada de hoy del blog de Reynasa, se basa en que los gases de escape se extraen detrás de los cilindros, se conducen mediante la válvula EGR y se vuelven a mezclar con el aire de aspiración. De esta forma, entra menos oxígeno en los cilindros y, a su vez, genera, una temperatura de combustión más baja, con lo que la cantidad de óxido de nitrógeno se puede reducir hasta el 70%, ya que, cuanto más alta la temperatura, más óxidos de nitrógeno tóxicos se generan.
Las válvulas EGR pueden ser de varios tipos, en función de sus características:
En el caso de los motores de gasolina, la válvula EGR es el componente central, encargándose de dosificar la cantidad de gases de escape recirculados, reduciéndose así la expulsión de dióxido de carbono y limitando el consumo.
Por su parte, los vehículos diésel utilizan mariposas de regulación en el canal de admisión, que proporcionan la diferencia de presión necesaria entre el lado de los gases de escape y el de aspiración, para obtener las elevadas tasas que se requieren en la recirculación de los de gases de escape.
Los sensores de masa de aire regulan, entre otras cosas, la recirculación de los gases de escape en los motores diésel. Con su ayuda se calcula la masa de los gases de escape recirculados. Los radiadores EGR se utilizan porque las normas para emisiones de gases de escape actuales ya no pueden cumplirse con la recirculación simple de los gases de escape. El gas de escape refrigerado reduce aún más la temperatura pico de combustión. De este modo, se reduce notablemente la producción de óxidos de nitrógeno.
Por último, muchos radiadores EGR tienen una mariposa by-pass de conmutación eléctrica o neumática. Esta permite desviar los gases de escape del radiador EGR durante la fase de calentamiento para que el motor y el catalizador alcancen rápidamente la temperatura de servicio. Así se reducen las emisiones de ruidos, el llamado traqueteo diésel, y la emisión bruta de hidrocarburos.
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