El sistema de climatización y su revisión es, sin duda alguna, el servicio más demandado en los talleres en las semanas previas al inicio del verano y durante el mismo. Un periodo que se extenderá este año aún más debido al confinamiento, durante el cual los conductores no han realizado las revisiones pertinentes y que, además, ha podido provocar averías en el sistema y que el aire acondicionado no enfríe lo suficiente como consecuencia de la inactividad. En este sentido, los puntos no estancos en el circuito de refrigerante son uno de los mayores enemigos del climatizador, por lo que vamos a repasar en la entrada de hoy del blog de Reynasa los diferentes métodos para localizarlas.
Existen básicamente cuatro métodos de comprobación de fugas en el sistema de climatización: por medio del contraste, la localización electrónica, el nitrógeno o el llamado “forming gas”. Hay que tener en cuenta que el circuito del refrigerante R134a está compuesto por tuberías de caucho y empalmes, por lo que a priori es difícil reconocer si la avería se ha producido por un escape o se trata de una pérdida de refrigerante provocada por el paso del tiempo.
Uno de los métodos más eficaces y rápidos es el medio de contraste, que consiste en introducir un inyector de cartuchos en el circuito de refrigeración y por el que se observa con una luz UV si la instalación está llena, de ahí el nombre de contraste. Otra opción, en este caso ideal para fugas muy pequeñas, es el electrónico. Para llevarlo a cabo se requiere de un detector que usa una señal acústica para identificar gases halógenos y fugas pequeñas en lugares de difícil acceso como puede ser en el evaporador.
Otra forma de verificar la estanqueidad del sistema de climatización es mediante el uso del nitrógeno, para lo que también se necesita un adaptador de llenado y otro de manguera. El proceso se inicia vaciando el sistema y llenándolo después con nitrógeno. Será entonces cuando se pueda verificar si la presión se mantiene estable o se oyen ruidos, en cuyo caso significará que existe alguna fuga. Si esta se puede hacer visible desde el exterior, se puede rociar y se formará espuma en el punto exacto de la misma.
Por último, el llamado “forming gas” que consiste en vaciar el sistema y llenarlo con gas inerte formado por el 95% de nitrógeno y el 5% de hidrógeno. En este caso, dado que el hidrógeno es más ligero que el aire, por medio de un localizador de fugas se coloca sobre el posible punto no estanco, sosteniendo el detector sobre la tubería de climatización o el componente, terminando el proceso expulsando el gas cuando se ha detectado el punto crítico.
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