El embrague es una pieza fundamental del automóvil y también uno de los elementos más complicado de sustituir. Aun así, el profesional del taller debe hacer ver al cliente la necesidad de cambiarlo cuando dé problemas, tanto por motivos de comodidad como de seguridad. Ahora bien, ¿cuándo se debe cambiar el kit de embrague?
Depende en buena medida de si el vehículo suele circular por carretera o por ciudad. En el segundo caso, el embrague sufre mayor desgaste y, en consecuencia, deberá sustituirse antes. En todo caso, es aconsejable sustituirlo a los 150.000 kilómetros.
Este plazo se acorta si el conductor advierte algunas anomalías. La más evidente, si el embrague rasca cuando metemos una marcha. También si se observa un endurecimiento del pedal.
Otro indicio de que algo va mal en el embrague es que el motor suba de revoluciones al acelerar pero la velocidad no aumenta. O que al cambiar de marcha, cuesta que entren las marchas a pesar de llevar la velocidad adecuada.
Estos fallos suelen ser síntomas de averías como desprendimiento del forro del disco, deformaciones de la carcasa, problemas en el sistema hidráulico o aflojamiento de los tornillos de apriete. En estos casos, el cambio del embrague es la solución más aconsejable.
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