La recarga del aire acondicionado es probablemente una de las operaciones más repetidas en las semanas previas al verano y durante el mismo. El conductor, ante las altas temperaturas, se mete en el coche pensando que allí estará más fresco y, tras accionar el climatizador o el aire acondicionado, detecta que el aire no sale tan frío como debería y que debe acudir a su taller de confianza para solucionar el problema.
El problema viene cuando en dicho taller, se detecta que con anterioridad, la recarga del aire acondicionado se había realizado con un gas no homologado, una práctica tan poco deseable como frecuente, debido a la escasez y subida del coste del gas R134a, en cuyo caso hay que tomar una serie de medidas para evitar contaminar todo el tanque de la estación de carga, un asunto que abordamos en la entrada de hoy del blog de Reynasa.
El primer paso es emplear un identificador de gases para analizar si el vehículo está o no cargado con un gas puro. Este tipo de herramientas permiten confirmar la composición del gas recuperado, de forma que muchos de ellos ni siquiera permiten que las mangueras se puedan conectar al vehículo si el R-1234A no es lo suficientemente puro, para evitar precisamente que se pueda dañar el tanque de la estación de carga.
Hay que tener en cuenta que no vale emplear cualquier gas, sino que es el fabricante del vehículo el que determina cuál es el que debe llevar, mediante una homologación que incluye unas especificaciones técnicas y mecánicas concretas, entre ellas, el tipo de gas que usa la instalación de aire acondicionado, siendo el gas refrigerante más frecuente para sistemas de climatización el R134A.
La recarga del gas del aire acondicionado debe ser realizada en un lugar especializado y que cumpla con la normativa vigente, de ahí que solo los talleres preparados para ello deban realizarlo, pues se requiere no solo prudencia, sino también un certificado en manipulación de refrigerantes fluorados. La estación de carga se programa en función del vehículo que se trate, pues los parámetros varían según la cantidad de refrigerante y aceite de cada vehículo.
Además, es obligatorio que el taller mecánico recupere el gas antiguo y proceda a su reciclado, de ahí que si el que se va a recoger por la estación de carga no está homologado, no solo no se deba realizar para dañar el equipo, sino por la imposibilidad de reciclarlo correctamente. Por último, a la hora de realizar la recarga siempre es necesario realizar un control de estanqueidad y de rendimiento, así como comprobar que no haya ninguna fuga en el circuito, ya que en ese caso el gas recargado se perderá.
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